
En lo mero alto de la sierra, allá por los rumbos de Bacayopa, elementos del Ejército Mexicano dieron con un narcolaboratorio clandestino que, sin tanto ruido, cocinaba hasta dos toneladas diarias de metanfetamina líquida. El hallazgo fue hecho por personal del 19 Batallón de Infantería, y según dijeron, este jale representa un trancazo fuerte pa’ la delincuencia organizada.
El laboratorio estaba bien escondido, en una zona montañosa tirándole pa’ los límites con Morelos, Chihuahua y Sinaloa de Leyva. Pa’ llegar hasta allá se ocupó caminar buen rato por brechas difíciles, entre monte cerrado y cerros bien empinados. No hay ni señal de celular por esos lares, ni rastro de gente. Nomás puro silencio y casas abandonadas.
El teniente coronel Pablo Francisco Reyes Barraza, segundo comandante del 94 Batallón, explicó que este narcolaboratorio tenía con qué armarla en grande. Dijo que ahí trabajaban unos 35 cocineros y que todos los días sacaban hasta 2 toneladas de metanfetamina líquida, que ya convertida en cristal equivale a unas 2 millones de dosis. Y sí, esas dosis valen como 67 millones de pesos por día.
“Estamos hablando de un jale con al menos 15 reactores, mezcladoras, condensadores, cilindros, barricas, y más de 7 mil litros de precursores químicos. La pura inversión que le metieron a este punto ronda los 17 millones de pesos”, soltó el teniente coronel desde el lugar donde se montó el operativo.
El tiradero contaba con una cabañita rústica pa’ que descansaran y comieran los trabajadores, además de varias áreas pa’ procesar la droga. También se hallaron un chorro de mascarillas tiradas, lagunitas llenas de residuos químicos y un olor bien fuerte que picaba los ojos y no dejaba respirar a gusto. Muchos de los químicos ya los habían movido, pero el tufo seguía igual de feo.
Durante la entrada, los militares fueron recibidos con agresiones. “Nos tiraron porque aún estaban ahí varios delincuentes trabajando, pero lograron correr monte arriba. No hubo balazos que dejaran heridos, pero sí dejaron tirada una camioneta GMC nuevecita y toda la herramienta de trabajo”, dijo Reyes Barraza.
Aunque no hubo detenidos ni aseguramiento de armas, el decomiso del laboratorio representa un bajón machín pa’ los grupos criminales. “Nomás en inversión perdieron unos 17 millones, pero lo más fuerte es que ya no van a poder sacar esos 67 millones diarios que movían con esta cocina”, agregó.
También se mencionó que estos grupos, cuando les pegan donde les duele (el billete), suelen mover gente pa’ que hable mal del Ejército y los quieran correr del área. Pero Reyes Barraza fue claro: “Nosotros estamos trabajando conforme a la ley, cuidando al pueblo y no vamos a rajarnos”.
Para seguir con la chamba, se va a quedar un pelotón militar allá en Bacayopa de manera indefinida, pa’ seguir buscando y destruyendo laboratorios clandestinos que sigan activos por esos rumbos de la sierra.
Así que, aunque el terreno está difícil y el camino pesado, el Ejército sigue firme, metiéndole presión a los que operan en la sierra y asegurando puntos claves donde se cocina droga a gran escala.