Terrance C. Cole, mejor conocido como «Terry» Cole, es un veterano de la Agencia Antidrogas (DEA) con un amplio conocimiento sobre el movimiento del fentanilo y la operación de los cárteles en México. Su reciente designación como Director Regional de la DEA lo coloca nuevamente en el epicentro de la lucha contra el narcotráfico en la región.

Durante su gestión como director regional interino de la DEA en la Ciudad de México, Cole fue testigo de primera mano del crecimiento del fentanilo en el país. Mientras el gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador negaba que la droga se produjera en territorio mexicano, Cole afirmaba lo contrario, describiendo con detalle la existencia de entre 10 y 20 laboratorios clandestinos de fentanilo en México, según declaró a Breitbart News.

Su experiencia en la DEA abarca más de 22 años, durante los cuales ocupó diversos cargos, incluido el de director regional en funciones de México, Canadá y América Central durante la administración de Donald Trump (2017-2021). En ese tiempo, Cole se enfocó en rastrear la producción de fentanilo y su distribución, asegurando que el Cártel de Sinaloa no solo fabricaba la droga, sino que también buscaba independizarse de los precursores chinos.

«El propósito es usar diferentes precursores químicos y dejar de depender de la importación de químicos de China», explicó Cole, quien reveló que el cártel contrataba a profesores de química para supervisar la producción y desarrollar nuevas versiones sintéticas de la droga.

El ahora Director Regional de la DEA también ha señalado la presunta colusión entre funcionarios gubernamentales y los cárteles de la droga. «Los cárteles mexicanos trabajan mano a mano con funcionarios corruptos del gobierno mexicano a altos niveles. A veces, es difícil saber quién es quién cuando se trata de cárteles, policía federal, fuerzas militares y el gobierno federal», declaró.

Cole y la captura de Ovidio Guzmán Cole desempeñaba un papel clave en la DEA en México cuando se llevó a cabo la captura de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Se reportó su participación en reuniones con delegaciones de la DEA en los días previos a la detención del hijo del líder del Cártel de Sinaloa.

Su trayectoria en la lucha contra el narcotráfico se remonta a su tiempo en Colombia, donde colaboró en importantes decomisos de cocaína, incluyendo un cargamento de mil 700 kilos en Cali. Además, participó en la investigación del asesinato del agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena, un caso que la agencia mantiene abierto.

Graduado en Justicia Criminal por el Instituto de Tecnología de Rochester (RIT), Cole ha trabajado en misiones de la DEA en Oklahoma, Nueva York, Texas y Washington D.C., así como en el extranjero en Colombia, Afganistán, México y Medio Oriente. También ha sido Jefe de Gabinete y Oficial Ejecutivo de la División de Operaciones Especiales de la DEA y representante de la agencia ante el Consejo de Seguridad Nacional.

Su retiro en 2020 coincidió con la crisis diplomática entre México y Estados Unidos tras la detención del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos en EE.UU. y su posterior liberación. El incidente deterioró la relación entre la DEA y el gobierno mexicano, que aprobó reformas para limitar la operación de la agencia en territorio nacional.

Tras dejar la DEA, Cole fue nombrado secretario de Seguridad Pública y Seguridad Interior en el estado de Virginia, donde la lucha contra el fentanilo se ha convertido en una prioridad gubernamental. Casado y padre de cuatro hijos, ahora regresa a la DEA con la tarea de combatir el narcotráfico en una de las regiones más complejas del mundo.