23 de septiembre de 2024.- Elon Musk, fundador de SpaceX, ha lanzado una advertencia directa al gobierno de Estados Unidos sobre el creciente avance de China en la carrera espacial. Según Musk, el retraso en la aprobación de la licencia de vuelo de Starship por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) está poniendo en riesgo la posición de EE.UU. como líder en el espacio, en un momento crucial donde el gigante asiático avanza rápidamente en el desarrollo de cohetes reutilizables, incluyendo proyectos similares a Starship.

El conflicto entre SpaceX y la FAA ha escalado en los últimos meses debido a lo que la empresa considera un retraso injustificado en la autorización para realizar nuevos vuelos de Starship. En una extensa carta abierta, SpaceX argumenta que estas demoras no solo afectan los programas espaciales de la compañía, sino también los intereses estratégicos de Estados Unidos. La misiva subraya la importancia de Starship en el marco del programa Artemis de la NASA, cuyo objetivo es llevar nuevamente astronautas a la Luna, todo esto mientras China intensifica su actividad espacial.

Aunque la carta de SpaceX no lo menciona directamente, otro de los factores que preocupa a Estados Unidos es el potencial uso militar de Starship. El Pentágono ha mantenido conversaciones con la empresa de Musk para alquilar el cohete en futuras misiones de transporte militar. Su capacidad para volar de un punto a otro de la Tierra en cuestión de minutos lo convierte en un activo estratégico que podría cambiar las reglas del juego en el ámbito militar global.

China avanza en el desarrollo de cohetes reutilizables

Mientras SpaceX enfrenta problemas burocráticos, China avanza rápidamente en el desarrollo de su propio cohete reutilizable, inspirado en Starship. El proyecto más ambicioso es el Larga Marcha 9 (CZ-9), un cohete estatal en desarrollo por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC). El CZ-9 cuenta con un diseño de 30 motores en su primera etapa, capaz de colocar 100 toneladas en órbita baja antes de regresar a la Tierra. Aunque su primer vuelo está previsto para 2033, las autoridades chinas esperan utilizarlo para lanzar telescopios espaciales, construir una base lunar, e incluso realizar vuelos tripulados a Marte.

Además del CZ-9, China ha estado desarrollando una serie de cohetes reutilizables en la industria privada. Empresas como LandSpace y Deep Blue Aerospace se han posicionado como fuertes competidores en esta nueva era espacial. El cohete Zhuque 3 de LandSpace, aunque más pequeño que Starship, ya ha completado pruebas exitosas y utiliza tecnología similar, como acero inoxidable y motores alimentados por metano y oxígeno líquido. En tanto, Deep Blue Aerospace ha realizado pruebas con su cohete Nebula, aunque aún enfrenta desafíos, como lo demostró un fallo en el aterrizaje de su último prototipo.

La batalla en casa: SpaceX y la FAA

Mientras China continúa avanzando en el desarrollo de cohetes, SpaceX sigue enfrentando desafíos con la FAA. Recientemente, la agencia propuso una multa de 633,009 dólares a SpaceX por presuntas infracciones durante lanzamientos del Falcon 9. Las faltas señaladas incluyen no completar un proceso de verificación dos horas antes del lanzamiento y usar un tanque de combustible no aprobado. SpaceX ha rechazado las acusaciones, argumentando que la verificación no es obligatoria y que el tanque fue reubicado a una zona más segura.

Elon Musk, quien ha sido crítico del gobierno de Joe Biden y de la posible candidatura presidencial de Kamala Harris, ha utilizado su plataforma en X (antes Twitter) para presionar por una reducción en la burocracia. Con más de 200 millones de seguidores, Musk ha manifestado su ambicioso plan de enviar cinco Starship no tripuladas a Marte en los próximos dos años, con la esperanza de realizar un vuelo tripulado en la siguiente ventana de transferencia entre los planetas.

El desafío chino a la NASA

China no solo se está preparando para competir con SpaceX; también ha lanzado un desafío directo a la NASA. El gigante asiático planea una misión robótica para recolectar muestras de Marte en 2028, adelantándose a los planes de la NASA, que todavía no ha definido cómo traer las muestras recolectadas por el rover Perseverance. Ante esta situación, la agencia espacial estadounidense ha recurrido a SpaceX, que ha propuesto utilizar Starship para recoger las muestras y traerlas de vuelta a la Tierra.

A medida que la carrera espacial entre EE.UU. y China se intensifica, la advertencia de Musk adquiere mayor relevancia. Con el Larga Marcha 9 acercándose a su primer vuelo y las empresas privadas chinas alcanzando hitos importantes en el desarrollo de cohetes reutilizables, Estados Unidos enfrenta el reto de mantener su liderazgo en el espacio. Mientras tanto, SpaceX sigue luchando en su propio terreno, buscando superar las barreras regulatorias y demostrar que Starship es clave para el futuro de la exploración espacial y la seguridad nacional.